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Superviviente de la línea eléctrica

¿Qué se siente al recibir una descarga eléctrica?

Curt Brinkman compite en el maratón en silla de ruedasA los 16 años, Curt Brinkman sabía que subir a un poste eléctrico era peligroso. Pero no sabía hasta qué punto.

En un día soleado en Shelley, Idaho, en 1970, Curt estaba trabajando en una granja y se subió a un poste eléctrico por diversión. Se acercó peligrosamente a un tendido eléctrico de 36.000 voltios. La descarga eléctrica detuvo su corazón y su cuerpo sin vida cayó en picado al suelo. Afortunadamente, el impacto de la caída hizo que su corazón volviera a latir.

Curt sufrió quemaduras tan graves que los médicos se vieron obligados a amputarle ambas piernas por encima de la rodilla. Antes del accidente, era un atleta de 1,90 m de altura que soñaba con jugar al baloncesto profesional. Tras cinco meses en el hospital y dos meses de rehabilitación, Curt cambió de rumbo.

Curt organizó y empezó a competir en maratones en silla de ruedas, estableciendo muchos récords mundiales y ganando ocho medallas paralímpicas e innumerables medallas de otro tipo. En 1980, ganó la maratón de Boston en silla de ruedas en 1 hora y 55 minutos: fue el primer atleta en silla de ruedas que superó la barrera de las 2 horas.

Antes de su muerte en 2010, Curt era educador, conferenciante motivacional y autor de los exitosos libros The Will to Win y Still Winning/Lessons for Life.

La impactante historia de un kayakista olímpico

¿Por qué llamar antes de excavar?

Cliff Meidl de pie en la pista mirando a cámaraEn noviembre de 1986, mientras utilizaba un martillo neumático para romper una losa de hormigón, Cliff Meidl recibió una fuerte descarga eléctrica. Cliff no sabía que en el hormigón había enterradas líneas eléctricas que transportaban miles de voltios. Cuando el martillo perforó los cables, la electricidad atravesó el martillo y a Cliff.

La electricidad recorrió instantáneamente todo su cuerpo, quemándole a su paso. El corazón de Cliff se paró inmediatamente, pero un bombero le practicó la RCP (reanimación cardiopulmonar) y le reanimó. Pasó varios meses en el hospital mientras su cuerpo se curaba de las terribles quemaduras.

"Tenía heridas tan graves que los médicos dijeron que tendrían que amputarme las piernas", cuenta Cliff. Afortunadamente, un médico pudo salvarle las piernas con una operación especial.

Antes de su accidente, Cliff había sido corredor. "Se me rompió el corazón porque me dijeron que no volvería a andar. Al final tuve que admitir que no podía ser corredor". Pero Cliff no se rindió. Trabajó duro para fortalecerse y finalmente pudo caminar, aunque tiene que llevar pesados aparatos ortopédicos en las piernas.

Cliff Meidl en kayakComo parte de su rehabilitación, Cliff empezó a practicar piragüismo y kayak y se convirtió en uno de los mejores kayakistas del mundo. Compitió en los Juegos Olímpicos de 1996 en Atlanta (Georgia) y de nuevo en los de 2000 en Sydney (Australia), donde fue el abanderado del equipo de Estados Unidos.

"El accidente cambió la persona que soy. Me hizo una persona más fuerte mental y físicamente. No creo que hubiera tenido la voluntad y la determinación de llegar a los Juegos Olímpicos sin pasar por una experiencia como ésta", afirma Cliff. "Pero tengo enormes limitaciones físicas. El daño ya está hecho, y no hay vuelta atrás".

Golpeado por un rayo

¿Qué se siente al ser alcanzado por un rayo?

En 2001, Carissa, de Petaluma, California, fue alcanzada por un rayo. Solo tenía 15 años y tuvo mucha suerte.

Fotografía de Carissa Picci"Estaba lloviendo", recuerda Carissa. "Estaba en el aparcamiento de mi instituto a punto de entrar en el coche de mi madre. Acababa de cerrar el paraguas. De repente, vi una luz brillante y sentí que un rayo me atravesaba el cuerpo. Entré en calor y empecé a temblar. Mi madre lo vio todo. Me dijo que me había iluminado".

"El paraguas condujo el rayo hacia mi brazo. La punta metálica del paraguas se abolló y se quemó. Sentí hormigueo, dolor y debilidad en el brazo. Tuve algunos nervios dañados en el brazo y necesité fisioterapia para que volviera a funcionar bien".

"Me considero muy afortunado de estar vivo y bien. Si hay tormenta, ya no salgo cuando hay rayos y truenos. No quiero que vuelva a ocurrir".

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